EL CAMINO HACIA LA SALUD

EL CAMINO DE VIDA   

Hoy día en mi humilde opinión, el problema de obesidad, colesterol, diabetes grado 2, infartos, cáncer, fibromialgia, ... Es debido a tres puntos.

Uno, a la falta de Amor. No nos amamos. Consideramos que el dolor de cabeza, el estar hinchados, el no dormir bien, la pesadez de estómago, el no hacer de vientre al menos una vez al día, el dolor de espalda, la falta de energía y de ilusión… Nos parece que todo eso es lo normal. Es lo que” les pasa a todos”. Y, vamos por la vida llenos de dolores, de molestias, embajonados y con una tristeza interior que tratamos de disimular con falsas sonrisas.

El otro punto es, el olvido de lo qué debemos comer. El olvido de lo que comían nuestras abuelas y el ritmo de vida que ellas tenían. Nos hemos olvidado de las enseñanzas de nuestros ancestros que ellos, sí sabían cuales eran los alimentos necesarios para estar con energía y en salud.

¿Cómo se curaban nuestros abuelos y bisabuelos?, Los que tenían dinero llamaban a un médico, pero los que no, que eran la mayoría, lo hacían con hierbas medicinales y con sus alimento locales y de temporada. Era lo que tenían a mano. No les venían productos de otros países, ni tenían comidas preparadas para comprar, ni el microondas….. Y lo que comían, lo gastaban trabajando, caminando para desplazarse de un lugar a otro… Porque tener un coche, era un lujo.

No estoy diciendo con esto que tenemos que renunciar a nuestro modo de vivir, de renunciar a nuestro progreso. Para nada. Lo que trato de decir, es que, tenernos que recuperar la sabiduría intrínseca que ellos tenían  y nosotros llevamos en nuestros genes y que, en aras de la modernidad hemos olvidado. Y esa pérdida de sabiduría, de conocimiento, hace que nos sintamos enfermos e infelices.

Por lo tanto, sólo depende de nosotros, de cada uno, el estar sanos y felices. Somos los únicos responsables de lo que nos llevamos a la boca, de las emociones que tengamos en ese instante y en donde tengamos nuestros pensamientos (si estamos en presente atentos a lo que hacemos o, estamos en otro lugar y en otra cosa que, nada tiene que ver con lo que estamos haciendo ahora).

Otro punto es el olvido de nosotros mismos, el de nuestra parte interior. ¿Cuántos de nosotros estamos atentos no sólo si nuestra comida es sana y está equilibrada según las necesidades, sino que, estamos atentos a los pensamientos, a las emociones que hay en cada uno de nosotros? Y nuestra parte espiritual ¿nos acordamos de su existencia?. 

Formamos parte de todo
cuanto nos rodea.

Al levantarnos por la mañana, ¿estamos agradecidos por el nuevo día que tenemos por delante? .

Cuando comemos, ¿estamos agradecidos o damos gracias por la comida que nos llevamos a la boca?, ¿estamos atentos a nuestra masticación y a los sabores que la comida nos aporta?. O, ¿estamos distraídos mirando la TV, discutiendo, pensando en lo que tenemos que hacer o lo que nos han hecho... ?

 Más de uno-a pensará que éstas son bobadas.

Los que sois de campo, seguro recordareis que vuestros abuelos, cuidaban con mucho cariño los animales que luego les servían de sustento. Otros-as, recordareis que se bendecía la mesa agradeciendo los alimentos.

Hay documentales en La2 de TV, en la que echan las vivencias de tribus. Sólo tenemos que ver cómo dan las gracias a la Tierra, al animal por el sustento que les va a proporcionar a toda su tribu. Nosotros ni damos las gracias a nuestra madre que nos ha preparado la comida con todo su amor. Y si fuese hecha con rabia, con frustración…!Nos comeremos esas emociones bien mezcladas en los alimentos preparados!

Toda ésta amalgama de pensamientos, emociones y alimentos, influyen en nuestra salud y bienestar.

Cuál es el camino. El camino es fácil aunque requiere de nuestro empeño para cambiar. Cambiar las costumbres adquiridas que no nos pertenecen ni nos benefician por otras; las de toda la vida, las del sentido común.

De hacer una reflexión y ver qué cosas tengo que cambiar en mi vida. No nos podemos olvidar de nuestras tres partes de las que estamos formados ( cuerpo, mente y espíritu). Olvidarnos de una o, de las dos a las que hemos renunciado todos éstos años, nos lleva a estar como estamos: infelices, estresados, doloridos, obesos,…

¿Nos gusta vivir así?. La respuesta es un no rotundo.

Entonces, ¿para qué tenemos que sufrir con nuestro cuerpo si, nuestro organismo está hecho para nuestro servicio y para que ¡seamos felices!?.

Lo normal es, que estemos siempre con energía, alegres y sanos, ¡sin dolores!. Evidentemente, existirán las molestias generadas por la edad, los malos hábitos de vida, el medio ambiente, etc. Todo eso podemos mejorarlo, cada cual tiene que buscar su camino. El camino que nos pertenece a cada uno.

El Camino de Vida.

ELENA MARTINEZ

Restauradora/Tec. dietética y alimentación
Cocina natural y energética