EQUILIBRANDO: Alimento, Emociones y Espiritualidad

EQUILIBRANDO: Alimento, Emociones y Espiritualidad
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*- DESEQUILIBRIOS NUTRICIONALES -*

 El  Desequilibrio yin-yang   


Cuando ingerimos un exceso de alimentos yin o fríos como refrescos, frutas sobre todo las tropicales, ensaladas..., especialmente si esto se da en climas fríos, pueden aparecer síntomas como :
dificultad digestiva, diarrea, hinchazón, flema, fatiga y debilidad, que son propios de un cuadro de frío.

Si por el contrario la balanza se inclina hacia el calor producido por la ingesta de un exceso de alimentos yang o calientes (carnes rojas, salazones, fritos...) especialmente en climas cálidos, los síntomas más frecuentes serán: transpiración excesiva, tensión, nerviosismo, úlcera de estómago, estreñimiento, sed, congestión, sequedad que son consecuencia de un cuadro de calor.

Desequilibrio ácido-alcalino

El abuso de las proteínas, sobre todo si los riñones están débiles, es una de las causas que producen acidificación interna que suele manifestarse con diferentes síntomas: debilidad de piel, mucosas, pelo y uñas; dolor muscular y lumbar; encías inflamadas y sensibles; caries; osteoporosis y tendencia depresiva. Otra de las causas de la acidificación es el exceso de azúcar en la dieta, el ladrón de los minerales que constituyen nuestra reserva alcalina.    

Desequilibrio electrolítico

Los alimentos refinados y los cultivados con abonos químicos carecen de minerales y oligoelementos o los tienen en proporciones inadecuadas. Abusar de los mismos puede producir un desequilibrio electrolítico responsable de diferentes trastornos neuromusculares como: calambres, contracturas y alteraciones del ritmo cardiaco.

Desequilibrio oxida ntes-antioxidantes      

Vivimos en una parte del mundo donde los procesos oxidativos se dan de manera acelerada. Por un lado quemamos combustibles fósiles y nos quemamos con el estrés, por otro lado los alimentos que tienen efectos antioxidantes están poco presentes en las dietas. Todo ello contribuye en buena parte a la oxidación celular cuyos síntoma s principales son el envejecimiento prematuro y las enfermedades degenerativas.

Desequilibrio de la glucemia

El abuso de hidratos de carbono de absorción rápida como el azúcar, puede producir un efecto rebote de hipoglucemia (glucosa sanguínea por debajo de sus nivel normal). Nuestro cerebro lo nota enseguida y nos lo hace saber con distintas señales como: apetencia por lo dulce, cambios repentinos de carácter, somnolencia e hipotensión después de comer, ansiedad, confusión mental, dificultad para concentrarnos e incluso desvanecimiento.
Si por el contrario la balanza se inclina hacia la hiperglucemia puede aparecer una diabetes con todas las alteraciones que ello conlleva (circulatorias, oculares, óseas, etc).

Desequilibrio de la flora bacteriana

Los antibióticos, el exceso de productos animales y la falta de fibra en la dieta, son algunos de los factores que pueden alterar la flora intestinal. Los efectos más frecuentes son: diarrea, estreñimiento, candidiasis, inflamaciones intestinales, infecciones y mala absorción de nutrientes.

Desequilibrio de los lípidos

Las grasas poco recomendables como las de las carnes rojas o las que han sido alteradas por los
procesos culinarios o industriales (aceites refinados, grasas hidrogenadas, frituras a altas temperaturas ...), obstruyen e intoxican el hígado, la vesícula biliar y el sistema circulatorio. En cambio los lípidos limpiadores insaturados son los que están presentes en aceites vírgenes, semillas y frutos secos. El predominio de los primeros sobre los segundos entraña importantes riesgos para nuestra salud : tasas elevadas de colesterol, trombos sanguíneos, congestión hepática y litiasis biliar.

Desequilibrio nervioso y emocional

Llevar un ritmo de vida por encima de lo que nuestra vitalidad puede soportar y forzarlo con estimulantes, es la causa más importante de los desequilibrios nerviosos que sufre gran parte de los habitantes de las grandes ciudades. Ansiedad, depresión y angustia son algunas de sus manifestaciones. Estos problemas se agravan cuando a las neuronas les falta algún nutriente, como los alimentos que proporciona n glucosa de absorción le nta, vitaminas del grupo B (necesarias para convertir esa glucosa en energía) y aminoácidos como el triptófano precursor de la serotonina, un neurotrasmisor antidepresivo.
El hígado es un órgano muy susceptible de alterarse con las emociones y a la vez una función
hepática alterada incide sobre el estado de humor. Por esta razón, los alimentos que intoxican el hígado pueden producir : irritabilidad, cólera (significado etimológico de la palabra bilis), hipocondría, depresión y abatimiento.

Desequilibrio digestivo  

Comer con prisas sin apenas masticar, abusar de alimentos muy concentrados como embutidos, carnes, azúcar y bollería sobrecargan el estómago. Por otra parte, comer demasiadas grasas y fritos puede originar desórdenes digestivos como dispepsias biliares, gastritis, úlceras o hiperclorhidria.

FUENTE: Dr. Olga cuevas

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