Formas de alimentación muy restrictivas que prometen perder más de cinco kilos al mes, pero que, a largo plazo, causan más perjuicio que beneficio. En la sociedad de lo inmediato muchos escogen abandonar una dieta equilibrada por parecer más delgados en unas pocas semanas. Olvidan, además, que el llamado efecto rebote no es un mito. La mayoría del peso que se pierde se vuelve a recuperar.
Las dietas milagro conducen a deficiencias en vitaminas y minerales, alteraciones del metabolismo y a una monotonía en la alimentación que las hace insostenibles mucho tiempo.
"Son restrictivas, monótonas y aburridas. Se basan en un menor consumo de alimentos, es decir, son hipocalóricas, y de ahí viene la pérdida de peso", explica María Victorina Aguilar, profesora de nutrición de la Universidad de Alcalá de Henares. Son formas de alimentación que pueden provocar patologías irreversibles como: Enfermedades cardiovasculares, daños renales y hepáticos, disminución de la masa muscular. Déficit de calcio, trastornos metabólicos, alteraciones gastrointestinales, dermatológicas o cardiocirculatorias, además de elevados niveles de colesterol. Anorexia, Bulimia...
Tenemos el ejemplo de Alicia Martínez que lleva desde los 16 años alternando una alimentación normal con un sinnúmero de dietas mágicas. Ahora tiene 28 años. El peso que pierde vuelve a recuperarlo. Con un regalito añadido: algún kilo más que los que tenía cuando comenzó. (¿Te suena?)
El último experimento lo hizo hace seis meses. Perdió más de seis kilos a base de alimentarse durante semanas sólo de barritas de proteínas. "Tenía que perder peso rápido. No había opción", dice. Alicia explica que tenía una meta: "Quería adelgazar para mi boda". Perdió demasiado peso. Una semana antes de la celebración tuvo que llevar a arreglar su vestido de novia.
Ahora el traje no le cabe. Se quitó seis kilos y ha ganado ocho. Pero el sistema de las barritas no es el único que ha probado. Antes pasó por la dieta de la piña, la de la fresa y la de la sopa quemagrasas. "Con todas me sentía más o menos igual: hecha polvo", cuenta. En la primera pasó dos semanas alimentándose prácticamente de piña natural. La mayoría de veces sola. Otras acompañándola de algún yogur o de un poco de fiambre de pavo.
Alicia, como muchos otros, reconoce que no escarmienta. "Escucho hablar de una nueva dieta, leo algo en Internet o alguien me la recomienda y me decido a probarla", dice. Y es que la Red es una fuente inagotable de ideas peregrinas, muchas acompañadas de productos que no llegan a ser medicamentos, pero que prometen a quienes los toman una rebaja de kilos rápida.
Farmacología y dietas milagro no son compatibles. Ese tipo de alimentación no tiene ninguna base científica y puede desencadenar en gravísimos problemas de salud para quienes lo siguen.
Las dietas mágicas que sugieren ser rápidas, fáciles y saludables, sin "ningún esfuerzo," las suelen prescribir personas ajenas al campo de la nutrición, que presuponen que los alimentos cambian los procesos bioquímicos y suelen prohibir o fomentar ciertos grupos de alimentos. Además, el peso perdido en tan corto espacio de tiempo se debe principalmente a la pérdida de agua y glicógeno, manteniéndose los depósitos de grasa corporal, que son los que realmente hay que perder cuando hay exceso de peso.
Nadie debe caer por tanto en la solución que a simple vista parece más fácil. ¿Qué hacer? Los expertos coinciden: el éxito para perder peso de un modo saludable radica en la realización de una dieta hipocalórica personalizada. Es el especialista quien debe establecer un control para evitar déficits y desórdenes alimentarios. También combinar la dieta con ejercicio físico moderado y regular.
Fuente: María R. Sahuquillo
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