Pese a toda la información que tenemos desde los medios de
comunicación, Internet, etc. Seguimos en este país sin darle importancia al desayuno.
Hay niños que sus mamás los envían sin apenas aporte calórico de calidad al
colegio. Los jóvenes y adolescentes una parte bien no desayunan por creencias que
así no engordan y otros, sencillamente toman cualquier cosa que encuentran en
la despensa. Poco porcentaje son lo que desayunan
equilibrado y completo
equilibrado y completo
El tiempo entre la cena y el desayuno del día siguiente, generalmente es
el período más largo en el que no tomamos nutrientes ni energía. Si se prolonga
este período de ayuno omitiendo el desayuno pueden producirse cambios
metabólicos en el organismo que interfieren con aspectos del funcionamiento
cognitivo y el desarrollo escolar.
Saltarse el desayuno puede empeorar la
disponibilidad de energía en forma de azúcar o ciertos nutrientes necesarios
para la síntesis de los neurotransmisores cerebrales, sustancias fundamentales
para un correcto funcionamiento del sistema nervioso central.
Se han hecho muchos estudios pero hay uno en concreto que merece la pena leer por su
simplicidad. El objetivo de este estudio
fue determinar si el desayuno tenía efectos sobre el desarrollo cognitivo y el
estado de humor de un grupo de estudiantes de un instituto. Participaron en el
estudio 104 adolescentes de 13 a 20 años que completaron un pequeño
cuestionario inicial sobre sus hábitos de desayuno.
Los participantes fueron asignados de forma
aleatoria a uno de los 2 grupos constituidos: la mitad de los estudiantes
recibió un desayuno estándar a base de pan de cereales enteros, mantequilla, un
preparado de turrón para untar y mermelada de fresa, mientras que la otra mitad
no recibió desayuno alguno.
Un desayuno equilibrado debería tener: Hidratos, vitaminas, proteína, minerales y lípidos de calidad. Sin olvidarnos que el agua es lo 1º a ingerir. |
Una semana después los estudiantes fueron intercambiados o cruzados de
grupo de tal forma que los que habían tomado un desayuno estándar pasaron al
grupo de ayuno y los otros, que en la primera fase no habían desayunado,
recibieron el desayuno estándar.
Los investigadores realizaron mediciones de la
función cognitiva de los estudiantes mediante pruebas estándar de atención y
concentración, así como pruebas de memoria verbal y espacial. Además midieron
su estado de humor mediante un cuestionario autoadministrado que cubría las
dimensiones de afecto positivo y negativo, captación de información, estado de
alerta y sensación de estar despierto.
Los principales resultados mostraron que el desayuno no tuvo efecto
sobre la atención prolongada de los estudiantes. La memoria visual y espacial
mejoró en los varones. El estado de alerta mejoró de forma significativa en todos los
estudiantes. Por último, los varones declararon sentirse más positivos después
de desayunar en comparación con los que no habían desayunado y se encontraban
en ayunas.
Los investigadores concluyen que el desayuno
proporcionó efectos positivos a corto plazo sobre la función cognitiva y el
estado de alerta autodeclarado de los estudiantes de instituto evaluados.
El no desayunar de manera adecuada, no
sólo implica pérdidas de nutrientes necesarios para el organismo, sino que, se llega a la comida con mucha
hambre y ansia por comer. Con lo que se come el doble, sin disfrutar de los
alimentos y sin darle tiempo al cerebro a recordar la cantidad de comida
ingerida. Esto sin lugar a dudas, irá
produciendo una obesidad a corto y medio plazo.
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