EQUILIBRANDO: Alimento, Emociones y Espiritualidad

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LA SALUD A TRAVES DE LOS ALIMENTOS II

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Los azúcares. El azúcar es una sustancia acidificante y oxidada, carente de elementos vitales y, por tanto, no necesaria para nuestra salud. Su ingesta está relacionada con desmineralización, infecciones, patologías cardiovasculares, hiperinsulinismo, diabetes, obesidad, indigestión, miopía, dermatitis seborreica, gota, falta de concentración, depresión, ansiedad, trastornos psicológicos, hiperactividad, falta de concentración, etc.

Los productos derivados del cerdo. La carne de cerdo ha de considerarse como una homotoxina pesada (veneno humano) que conduce en el cuerpo a manifestaciones varias de defensa. Su ingesta está relacionada con apendicitis, sinusitis, colecistitis, cólicos biliares, problemas intestinales, gastroenteritis con cuadros clínicos similares al tifo y al paratifo, eczemas agudos, forúnculos, abscesos de glándulas sudoríparas, colesterol, urticaria, herpes, dermatitis, tromboflebitis, flemones, adiposidades, reumatismo, artritis, artrosis, osteocondrosis, hipertensión arterial, gripe o glioma cerebral (un tipo de cáncer del sistema nervioso central). El riesgo más elevado corresponde a quienes consumen con frecuencia jamón cocido, embutidos, y bacon frito. La acción cancerígena de estos alimentos se atribuye a su contenido en nitrosaminas.

Consumo de carne. La carne posee ciertos valores desde el punto de vista nutritivo, pero a diferencia de los alimentos de origen vegetal, carece de poder curativo, excepto en ciertos casos de anemia. Además, presenta numerosos inconvenientes. Podemos sobrevivir con ella, es cierto, pero a cambio de muchas enfermedades, que podemos prevenir o curar con solo dejar o reducir su consumo. La ingesta de carne está relacionada con patologías cardiacas, (a mayor consumo, mayor riesgo de infarto y patologías coronarias), trastornos intestinales (especialmente la enfermedad diverticular y el estreñimiento), gota (por el aumento del ácido úrico en la sangre), osteoporosis, enfermedades reumáticas, diabetes, colesterol y cáncer (especialmente de boca, faringe, colon, riñón y mama). 

Además, según el método de cocinar la carne se nos presentan diversos problemas:

  • Carne poco hecha o cruda. Contienen bacterias patógenas como las salmoneras y la temible Escherichia coli.
  • Carne bien hecha asada. Se forman diversas sustancias cancerígenas como las aminas heterocíclicas.
  • Carne bien hecha a la parrilla o barbacoa. Se produce una mayor concentración de hidrocarburos aromáticos policíclicos, sustancia altamente cancerígena,
  • Carne frita. Contiene aminas heterocíclicas, especialmente la carne de cerdo.
  • Carne cocida. Presenta una alta concentración de aminas heterocíclicas. La carne de cerdo presenta cuatro veces más aminas heterocíclicas que la de vacuno asada.
Cuando se cuecen la carne de cerdo con cebollas y ajos, disminuye significativamente su contenido en aminas heterocíclicas. Esto pone de manifiesto cómo las carnes contienen sustancias cancerígenas, mientras que los vegetales, en este caso el ajo y la cebolla, protegen del cáncer.
El consumo de carne crea adicción. Esto es debido a la presencia de una sustancia llamada hipoxantina, cuya concentración aumenta a medida que madura la carne. Tiene una estructura química similar a la de la cafeína del café y a la teobromina del cacao, con las que comparte muchos efectos.

El marisco. Uno de los productos alimentarios más preciado por los consumidores. Sin embargo, posiblemente el producto más contaminado por bacterias, virus y toxinas. Todos los nutrientes que aporta pueden obtenerse a partir de otros alimentos más saludables. Los numerosos riesgos que supone el consumo de marisco, no compensan sus escasos aspectos positivos. El marisco es un producto especialmente peligroso, que no debería formar parte de una dieta saludable. Su consumo está relacionado con patologías digestivas, colesterol, acido úrico, alergias, infecciones (implicado en la mayoría de las intoxicaciones alimentarias), parasitosis y cáncer. 

Productos refinados. Como el pan blanco, la bollería, la repostería.
Contienen una gran cantidad de sustancias como aditivos, colorantes, conservantes y potenciadores de sabor que no son beneficiosas para nuestro organismo y no aportan los nutrientes necesarios. Su consumo aporta una excesiva ingesta de calorías donde las vitaminas y minerales brillan por su ausencia. Presentan carencia de fibra, por lo que se pueden padecer problemas intestinales y un desequilibrio en la flora intestinal. Su consumo está relacionado con obesidad, inmunodepresión, acidificación, diabetes, trastornos intestinales, etc.

El café. Su consumo se relaciona con riesgo de aborto o nacimiento del feto con malformaciones, desórdenes menstruales, colesterol, patologías cardio vasculares, cáncer, descalcificación, patologías reumáticas, úlceras y reflujo gastro-esofágico, estrés, etc.
Recuerda que eres lo que comes, y si comes basura tus células, tus tejidos, no disponen de una materia prima óptima y de calidad como para regenerarse y funcionar adecuadamente.


Procura dejar los alimentos más indeseables y peligrosos para momentos puntuales. Si los abandonas, aún mejor: tu cuerpo te lo agradecerá.
De la gran variedad de alimentos nocivos para la salud del ser humano hay que destacar tres, los cuales generan, por sí solos, la gran mayoría de las patologías que padecen los seres humanos a diario. Estos alimentos son el cerdo y sus derivados, los lácteos y los azúcares.

«El padre de la enfermedad pudo haber sido cualquiera, pero no cabe duda de que la madre fue la mala dieta».  (Proverbio chino)

Francisco Fajardo

Osteópata y Director del Instituto Internacional de Osteopatía Avanzada(IIOA)


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