George Oshawa.
La filosofía macrobiótica se basa en el equilibrio del Yin y el Yang , sacado de las tradiciones culinarias de extremo oriente, que datan de 5000 años de antigüedad.
Para que nos entendamos, nosotros los occidentales, el Yin y el Yang, son sinónimos de lo que llamamos, dualidad. Tenemos día y por ello tenemos noche, tenemos polos positivos y negativos, luz y oscuridad, frio y calor…y así hasta el infinito. Todo tiene su opuesto, dándose mutuamente existencia. Si estudiamos ciencia, vemos que a diferencia de dos cargas se produce el movimiento y la energía, ya que una carga busca inevitablemente a la otra; en busca siempre del equilibrio…
Esto son Yin y Yang, en movimiento constante. Cada uno tiene características contrarias al otro y a la vez complementarias, esto los hace atraerse irremediablemente, como si fueran dos enamorados.
En macrobiótica se le denomina Yin: al frio, lo femenino, la oscuridad, grande, húmedo….y en alimentos al alcohol, las drogas, el tabaco, los lácteos, las especias, las frutas…
Y se denomina Yang: al calor, lo masculino, lo luminoso, pequeño, seco…y en alimentos a la sal, la carne, los embutidos, lácteos, pescado…..
La Macrobiótica toma el equilibrio del Sodio y Potasio que son las sales mas abundantes y las que tienen mayor oposiciòn entre sí y por tanto, las que llevan el trabajo de regular el Ph de nuestra sangre. Determina por ello, el equilibrio de alimentos Yang sobre Yin que necesitamos en nuestro dieta. La proporción es: 1 de yang por 7 de yin. Del correcto equilibrio de ellas, depende la armonia en nuestro cuerpo y en nuestra vida, en gran parte.
Debido a esto, la proporción de proteínas animales, condimentos salados, quesos y pescado de nuestra dieta, no tendría que ser tan elevada como la que llevamos hoy en día, ya que irremediablemente, si consumimos mucho Yang, éste habrá que multiplicarlo por 7 yin. Para conseguir el equilibrio, nos lanzaremos a un consumo de dulces, alcohol, cafés,... Conllevando un desequilibrio físico - psíquico que, nos obliga a seguir en la misma rueda.
La macrobiótica se basa en el consumo de alimentos equilibrados en cuanto a Yin y Yang en nuestra dieta. Es el caso de las legumbres, los cereales, las verduras y las frutas de la estación…..Alimentos que nos fortalecen, nos dan energía, manteniéndonos en equilibrio, sin altibajos de ningún tipo. A éstos, se le añaden alimentos con cualidades más yin o yang, según el efecto que queramos conseguir a través de nuestra alimentación, las necesidades particulares, el modo de vida, el sexo, la actividad física, la edad, etc…
La práctica dietética Macrobiótica tipo, no es una dieta fija, ni rígida, a pesar de que muchos críticos la han tildado incluso de “imposible de realizar".
Ésta no prohíbe nada, ya que su meta es la libertad; es decir, la capacidad para crear y realizar todo lo que deseamos en esta vida, como parte de nuestro propósito particular en este mundo. Toma la forma de una autogestión de la salud accesible y eficaz, ya que, está basada en la comprensión de las leyes de la naturaleza aplicadas a la dieta.
Se debería poder comer de todo, pero nó en cualquier circunstancia. No rechazamos nada, al reves, lo abarcamos todo, ya que de lo que se trata es de precisar, dar una información y el modo de manejarla. Los alimentos son la esencia de la vida y se transforman en sangre y celulas. La calidad de nuestra sangre la creamos cada día de nuestra vida. Para mejorar nuestra salud o cambiarla, necesitamos cambiar nuestra sangre. Sin cambiar la calidad de la sangre, no será posible gozar de salud por mucho tiempo, sin necesidad de tratar los síntomas con medicamentos, hierbas u otros suplementos. La salud debería ser un estado constante... Lo cual es mucho más que, un período entre dos enfermedades.
Somos basicamente un cuerpo que es con lo que hemos venimos y con el que nos vamos. Lo demás es dependiente de esto: pensamiento, emociones, sentimientos, intelecto, ética, estudio, salud, prosperidad, descanso, etc...
- Resistencia al cansancio y condiciones climàticas adversas
- Buen descanso pudiendo reducir las horas de sueño sin mermar la energía vital
- Buena memoria, humor y apetito sin gula ni lujuria.
- Buen rendimiento y afectividad
- Prosperidad tanto ètica como material.
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